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Conoce los riesgos más comunes en el transporte marítimo de carga

Escrito por David Crespo | Sep 19, 2019 9:28:35 PM

Lectura de 10 minutos

Avería gruesa, hundimiento, interferencia humana… ¿Qué? Tranquilo. Sabemos que el transporte de mercancía es todo un universo repleto de términos complejos y referencias que no vas a entender de primera mano.

Queremos explicarte cómo funciona el transporte de carga marítimo y cuáles son los riesgos a los cuales expones tu carga cuando decides realizar embarques de este tipo, con el fin de que sepas identificar estas situaciones y cómo reaccionar ante ellas.

En el transporte de carga marítimo, el proceso funciona similar al terrestre, con algunas diferencias: la carga no se transporta desde ninguna bodega. Por el contrario, lo que ocurre acá es que, al tratarse de contenedores, estos deben estar cargados y listos para ubicar en el buque. Posteriormente, se transporta, se descarga en el puerto de llegada o se lleva al lugar donde lo harán.

 

Cabe aclarar que la responsabilidad por la distribución de la carga y las condiciones en las que se empaca o paletiza la misma, recae en el importador o exportador, dependiendo del Incoterm bajo el cual se haya acordado la negociación.

Cada vez que ocurre una operación de comercio internacional, es indispensable evaluar el nivel de riesgo presente. Es cierto que muchas eventualidades son predecibles y se puede disminuir la probabilidad de que ocurran adoptando las medidas de seguridad y calidad necesarias, aunque esto no siempre sea garantía de que no sucederán.

 

Top 5 de los riesgos más comunes

Si bien existe una amplia variedad de eventos que pueden dañar la mercancía, es claro que algunos de ellos ocurren con mayor frecuencia. Estos son los 5 riesgos más comunes en el transporte de carga marítimo.

 

1. Avería gruesa: en este caso, se incluyen todos los gastos y daños provocados intencionalmente, con el fin de preservar la embarcación y la carga que va a bordo. La avería gruesa puede presentarse de diferentes maneras, pero estos dos son los ejemplos más comunes: cuando se arroja mercancía al mar para evitar algún siniestro (hundimiento, volcamiento o atascamiento) y aquellos daños causados al buque o la carga para extinguir un incendio.

 

2. Mojadura: Regularmente, los contenedores viajan herméticamente cerrados, pero existen casos en los cuales una equivocación o mal cierre de estos puede resultar en mercancía mojada. Esto supone que la carga queda inutilizable. El mal almacenamiento o los problemas en el cargue y descargue también son causa frecuente de mojadura. Por lo general, la naviera termina siendo responsable de esto.

 

3. Pérdida de mercancía: Cuando una carga se pierde, puede ser por diversos factores. En ciertos casos está relacionado con la avería gruesa o el naufragio de una embarcación. Sin embargo, otro de los casos más comunes tiene que ver con el robo o extracción de mercancía durante los procesos de cargue y descargue en los puertos.

 

4. Temperaturas extremas en los contenedores: En algunos casos, los contenedores requieren la conservación de cierta temperatura para garantizar el buen estado de la mercancía. Esto sucede en mayor parte cuando se trata de alimentos perecederos como frutas, carnes, pescado, etc. Al igual que las temperaturas extremas, la humedad también es fuente de daños en la carga, por lo cual es importante disponer de contenedores que tengan revisión de temperatura.

 

5. Contaminación: Cuando los contenedores son ubicados en el buque, es necesario tener en cuenta que deben estar adecuadamente distribuidos. La cercanía entre mercancías incompatibles podría resultar en contaminación que puede echar a perder la carga.

 

Si bien los anteriores son riesgos que se presentan con mayor regularidad, es necesario saber que no son los únicos que existen y que, por el contrario, hay muchas situaciones más que exponen tu carga a posibles pérdidas.

En el transporte de carga por mar también es posible encontrar que la naturaleza puede ser tan peligrosa como las fallas técnicas o la interferencia humana. Veamos algunos riesgos adicionales a los anteriormente mencionados:

  • Riesgos propios del transporte: De este grupo hacen parte todos aquellos que son inherentes a la actividad misma. Por ejemplo, colisiones, hundimiento o explosiones que puedan ocurrir.
  • Riesgos por interferencia humana: Cualquier perjuicio causado por voluntad humana. Entre los más comunes se encuentran el robo, el terrorismo y la piratería.
  • Riesgos durante el transporte: Entre estos podemos mencionar el extravío de mercancía, la ruptura y rajadura del empaque de la carga.
  • Fenómenos naturales: Cualquier evento externo al transporte en sí, causado por condiciones climatológicas que ponen en riesgo la carga. Algunas pueden ser: inundaciones, maremotos o tormentas.

 Si bien es cierto que el transporte de carga marítimo ha presentado un proceso de evolución hacia la profesionalización del negocio y la minimización de riesgos, es vital comprender que muchos de ellos no dependen de medidas de precaución que puedan implementar las navieras o las empresas transportistas.

Ten en cuenta que, lo mejor que puedes hacer en estos casos, es informarte y acudir a una empresa conocedora del sector, con la que puedas asegurar tu carga y prevenir pérdidas de dinero indeseadas. ¡Aquí te van tres consejos útiles: investiga, asesórate y asegura!