4 señales para asegurar el valor de la carga que transportas
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Partamos de una premisa: Tu mercancía es valiosa. Lo es, independientemente de que transportes carga de un alto valor comercial o no. Es valiosa por lo que representa para tu compañía - pues de la venta de tu producto depende la continuidad y éxito de tu negocio - y adicionalmente, lo es por todos los costos inherentes a ella, por ejemplo, costos de transporte, almacenamiento, impuestos y procedimientos aduaneros, por mencionar algunos.
Pero existe un costo particularmente alto que está en juego en cada transacción, y que ninguna compañía desearía poner en riesgo: El costo de la relación comercial con tu cliente.
Esta relación requiere, entre muchas otras cosas, constancia, confianza y atención al detalle. Inviertes tiempo, talento humano y dinero en construir relaciones sólidas con tus clientes, sin embargo, esta relación está en juego en cada transacción debido a otra premisa elemental: Donde hay un embarque, hay riesgos.
No sólo se trata de entregar la mercancía a tiempo, sino, además, de entregarla completa y en buen estado, y como bien sabes, durante el proceso logístico tu mercancía se encuentra expuesta a diversos riesgos.
Aquí surge un dilema: Ni tú ni tu compañía tienen control absoluto sobre la cadena de suministro y no pueden prever con exactitud cuándo un riesgo afectará tu mercancía, especialmente si tienes en cuenta que existen diversos intermediarios en la cadena logística, cada uno de los cuales manipula tu carga en diversos ambientes y procedimientos, lo cual incrementa las probabilidades de pérdida o daño durante el proceso.
Ahora bien, aunque es cierto que el riesgo es inherente al transporte, existen medidas que puedes adoptar para contrarrestar los efectos de los diferentes riesgos a los que se encuentra expuesta tu mercancía. Esta protección viene dada a través del seguro de mercancía.
La adquisición de un seguro de carga marca completamente la diferencia para tu negocio, minimiza la exposición financiera de tu compañía frente al riesgo y multiplica tu capacidad de respuesta de cara a tus clientes al ofrecer medidas efectivas de gestión de los diferentes riesgos asociados al transporte, de forma que puedas proteger tu negocio al tiempo que impulsas la relación con tus clientes.
En Skholl creemos en el poder de transformar tu negocio y el de tus clientes a través de la gestión del riesgo y la protección de tu carga. Por esta razón hemos recopilado una serie de señales que indican que tu compañía necesita asegurar el valor de las mercancías que transporta.
1. Tienes mercancías de alto valor que transitan por vías peligrosas.
El robo de mercancías es una amenaza latente sobre las cadenas de suministro globales. De acuerdo con reportes oficiales acerca de gestión del riesgo, en el 2019, las tendencias de robo reflejaron el siguiente panorama a lo largo del mundo:
Valor promedio por robo en cada región (Valor expresado en USD):
- Latinoamérica: $100,000
- Norteamérica: $80,000
- Europa: $26,000
Principales productos robados a nivel mundial:
- Alimentos y bebidas: 28%
- Aparatos electrónicos: 13%
- Alcohol y tabaco: 10%
- Automóviles: 7%
- Productos de consumo masivo: 6%
- Materiales de construcción: 5%
Estas cifras pueden variar considerablemente al mirar datos específicos de cada región, sin embargo, lo cierto es que la ocurrencia de estos sucesos es común y se ve exacerbada en determinadas zonas riesgosas donde predominan casos de robo con y sin violencia.
Una de las medidas que es necesario adoptar para enfrentar este riesgo es transitar por vías que sean menos riesgosas y que tengan mayor vigilancia por parte de las autoridades competentes para disminuir el riesgo de robo.
Ahora bien, existen ocasiones en las cuales, debido a las particularidades de ciertas rutas, debes transitar por zonas riesgosas pues es la única alternativa, dejándote, aparentemente, sin muchas opciones a tu disposición.
Aquí cobra especialmente relevancia entender qué es un seguro de carga internacional y cómo este se convierte en un gran aliado en todos esos escenarios imprevistos e indeseados que amenazan tu carga durante el proceso logístico. En Skholl te entregamos asesoría y acompañamiento para ayudarte a gestionar los diferentes riesgos, a través de la adquisición del seguro de carga y la puesta en marcha de recomendaciones para mitigar y disminuir la exposición a los diferentes riesgos.
2. La ocurrencia de desastres naturales que arrasan con todo a su paso.
Considera, por ejemplo, en la temporada de huracanes que tiene lugar cada año entre Junio y Noviembre, y durante la cual se presentan tormentas caracterizadas por fuertes vientos, mareas de tormenta, aumento del nivel del mar y el oleaje y acumulación de más de 3 pulgadas de lluvia por hora.
Estas características hacen de la temporada de huracanes un foco de disrupciones en la cadena de suministro, amenazando el curso normal de tus operaciones logísticas. Por esta razón, es importante que tu negocio cuente con un plan de contingencia que le permita seguir operando de forma relativamente normal, e incluso un plan de recuperación cuando estos desastres naturales ocurren.
Al momento de crear tu plan, ten en cuenta las siguientes medidas que son indispensables para prepararte antes de un huracán:
- Revisa todos los envíos planeados en la posible zona de afectación.
- Traza un plan de almacenamiento o redirección en caso de emergencia.
- Identifica rutas alternativas para el transporte de tus mercancías.
- Replantea rutas y posibles extra-costos.
- Calcula retrasos de la mercancía a su destino final.
- Asegura el valor de la carga.
Este último punto es vital, pues contar con la protección adecuada para tu mercancía te evitará futuros dolores de cabeza en caso de que un desastre ocurra e intentes presentar un reclamo frente al transportista, pues este tipo de sucesos (que pertenecen a la categoría conocida como “actos de Dios”) están excluidos de la responsabilidad de los transportistas.
No puedes frenar el curso de un huracán, pero si puedes trazar un plan para mitigar los efectos de este tipo de desastres, y la cobertura del seguro de carga te brindará un respaldo excepcional para proteger tu negocio y cuidar la relación con tus clientes.
3. La responsabilidad limitada de los transportistas tiene un propósito y no es precisamente cuidar de tus intereses.
Algunos de los tipos de daños más comunes sobre la mercancía se encuentran excluidos de la responsabilidad de los transportistas. Es el caso de incendios, actos de Dios, protestas, robos a mano armada, accidentes en el mar, y muchos otros. Estas exclusiones hacen que sea considerablemente difícil atribuir la responsabilidad de tu mercancía a un transportista.
Si bien es cierto que los transportistas, por estipulaciones legales, están en la obligación de contar con una cobertura contra el riesgo, en realidad, este seguro está enfocado en proteger al transportista frente a la responsabilidad por la pérdida o el daño de la mercancía de sus clientes durante el transporte, es decir, esta cobertura está estructurada para proteger la responsabilidad del transportista, no la mercancía en sí misma.
En el caso de aquellos riesgos que sí están incluidos bajo la responsabilidad del transportista, e incluso en caso de que éste sea encontrado responsable, el alcance de su responsabilidad es igualmente limitado pues se calcula con base en el peso de la mercancía o la cantidad de piezas, no con base en el valor de la pérdida.
En Skholl te ofrecemos una solución integral a través del seguro de carga, respaldado por asesoría y acompañamiento por parte de nuestros expertos para que puedas cubrirte frente a estas eventualidades, de modo que no tengas que atravesar procesos tediosos e incómodos intentando probar la responsabilidad de un transportista, y en su lugar, puedas asegurar el valor real de la pérdida, de acuerdo con las condiciones de la póliza. Esto significa que proteges el valor de la mercancía, más fletes, más impuestos frente a los riesgos del transporte, de origen a destino.
4. Las implicaciones - y complicaciones - de la avería gruesa.
Esta es posiblemente una de las peores pesadillas que puede enfrentar cualquier parte involucrada en el transporte marítimo.
Una avería gruesa se refiere al perjuicio o gasto extraordinario en el que incurre voluntariamente el capitán de un buque, cuando se presenta una emergencia o suceso excepcional que requiere el sacrificio o gasto de las mercancías a bordo, al arrojar parcial o totalmente las mercancías al mar, con el fin de evitar la pérdida parcial o total de la carga y del buque, en beneficio del interés común.
Cuando esto ocurre, todos aquellos que tengan mercancías a bordo del buque deben compartir el costo y las pérdidas ocasionadas por la emergencia.
La lógica detrás de la avería general establece que durante una emergencia es necesario tomar medidas rápidamente, sin importar cuál sea el valor o quién sea el dueño de la carga que deba ser sacrificada, siendo lanzada fuera de la nave para aligerarla y así salvaguardar el buque, la embarcación y la mayor proporción posible de mercancía.
Esto tiene sentido, el transportista no puede elegir cargas de “menor valor” para sacrificar en caso de emergencia, el tiempo es un factor importante durante un siniestro y un retraso podría causar la pérdida completa del barco, todos y todo lo que se encuentre a bordo.
Ahora bien, si un transportista declara avería gruesa y tu carga o contenedor no sufrió daños, debes pagar una contribución que cubrirá los gastos de la nave siniestrada, como de la carga siniestrada aún si esta no fuera de tu propiedad. Este proceso no solo puede ser extenso, sino que además puede resultar increíblemente costoso, a tal punto que el costo que pagues puede ser exponencialmente superior al valor real de tu mercancía.
Veamos un ejemplo:
- Número de beneficiarios: 100 importadores y/o exportadores
- Valor de la nave siniestrada y flete: $200 millones
- Valor de la carga salvada: $200 millones
- Total de la contribución: $400 millones
- Carga sacrificada: $120 millones (la pérdida es el 30% del valor de la avería gruesa)
- Valor de la contribución de cada beneficiario: 30% de los valores de la carga respectivamente.
La única manera de protegerte frente a la avería gruesa es a través del seguro de carga, pues si no cuentas con este respaldo debes asumir la pérdida. Con Skholl puedes acceder a este y demás tipos de coberturas frente al riesgo, para que puedas sortear estos obstáculos de la mejor forma.
En conclusión, contar con un seguro de carga no te ahorra un dolor de cabeza, te ahorra demasiados, y cuando estás libre de dolores de cabeza tienes mejor capacidad de respuesta frente a tus clientes, pues puedes enfocarte en impulsar tu negocio y hacer lo que mejor sabes hacer.
Esto es precisamente lo que mejor sabemos hacer en Skholl y lo que nos apasiona: Ayudarte a gestionar el riesgo con soluciones flexibles que se adapten a las necesidades de tu negocio, de modo que puedas mitigar los efectos de riesgos y accidentes y fortalecer la relación con tus clientes.
Elige asegurar tu mercancía hoy.